La guerra es un monstruo que siempre tiene hambre de sangre, que nunca se sacia. La guerra es un animal que ni siquiera tiene espíritu de animal sino que concentra todo lo salvajemente absurdo, cruel y ruin de los seres que la creamos, los humanos. Ayer murieron dos personas que había decidido dedicar sus vidas a ser los ojos de muchos, justamente en los lugares donde la guerra hace huir a todos los demás. Sus ojos se convertían en los de todos nosotros, al menos cuando lo que veían nos llegaba, porque no siempre llega y es silenciado.
Ayer en Libia, donde un pueblo sigue muriendo por culpa de otros, donde una guerra asola campos y almas, dos compañeros de profesión dieron sus vidas por contar una historia, por compartir lo que sus almas empapaban. En su recuerdo, y en solidaridad con todos aquellos otros compañeros y compañeras, y todos los pueblos a los que roban el alma y todos los soldados que caen en la trampa de ser peones sobre un tablero que se juegan otros. Un abrazo de luz allá donde estéis.
Sleeping Soldiers_single screen (2009) from Tim Hetherington on Vimeo.