Dicen que siempre ando por las nubes, que mis pies tocan poco la tierra. A veces me pregunto que para qué, que se está mejor arriba. En este viaje a Tenerife para dar el seminario y la preboda de Noemi y José pasaron muchas cosas. La más hermosa fue conocer más a Gustavo y cómo me abrieron su corazón y Sergio. Las fotos que vais a ver son de los dos viajes, el primero al Teide acompañándome para la preboda y el segundo a una playa mágica donde nos esperaba una nave para llevarnos a la base submarina que hay en la bahía.
Paseé por dos mares, uno de agua y otro de nubes. Acariciaron mis pies ambas olas, ambas mareas me hicieron danzar el alma. Una carretera y más allá, el cielo… Parece que uno se podía zambullir cuando quisiera, sólo con dar un pequeño salto. Pero todo no era tan bello, nos atacaron escorpiones gigantes y un águila enorme nos arañó el coche (estaban grabando Furia de Titanes 2 en la cima).
Aunque ame las palabras mejor os dejo con imágenes. Aprovecho para decir que eso es algo maravilloso. Antes sólo sabía expresarme con palabras, y luego con música (aunque desafinado, jaja) pero desde que descubrí el hablar con imágenes el mundo se me ha abierto de una manera asombrosa, como si mis ojos ahora se percataran de más colores de los que existen. Es algo muy extraño. Todo sea por compartir, porque si no lo hago aquí, no sirve de nada tomar la foto con la cámara, pues ya lo hace mi corazón.
Así que espero que viajéis conmigo con estas fotografías. Aunque sean eso, fotografías, yo no me siento fotógrafo, sino un ser humano que comparte lo que ve. Creo que en sí eso debería de ser la fotografía, ¿no creen? Que uno a través de la cámara sepa compartir lo que ve, siempre, en todo lugar, no sólo en ciertos momentos o en ciertas circunstancias. La cámara pienso debe ser sólo el mecanismo para guardar eso para siempre, pero ojo, sin alterar la realidad o ya te conviertes más en pintor que fotógrafo, jaja. No me enrrollo más. Os dejo con mi pequeño paseo por las nubes. Besos y abrazos. Sean felices, es una orden.
