Como ya todos saben estoy tratando de hacer menos bodas fuera de mi país y de mi ciudad por la sencilla razón de querer estar más con mi familia. Tantos seminarios y conferencias agotan y si no tengo yo energía no puedo dar nada. Pero de vez en cuanto un viaje es enriquecedor, como fue la boda de Vania y Erick (pronto os comparto algunas fotos más, aunque no sé por dónde comenzar).

Hicimos la preboda en la misma playa donde sería la boda y aunque el día se nubló un pequeño foco que había allí mismo en la arena para iluminar el jardín y el camino dio mucho juego. Esta boda fue realmente mágica, porque ellos son realmente mágicos. Estar ese día fue un orgullo y un placer, una boda realmente diferente y divertida, como todos verán pronto. Fue un ritual Maya que me llegó al corazón. Ya les contaré. Les dejo con algunas fotos de la preboda. Besos y abrazos a todos y todas.