La palabra «elopement» significa fuga. Una imagen vale más que mil palabras y aquí abajo tienes muchas, pero básicamente un Elopement es una boda REAL e íntima. Tan íntima que a veces somos Karen, nuestras cámaras y un servidor los únicos testigos. No por ello no es una boda REAL, insisto, y para muchos un momento incluso más profundo y sentido que sus propias ceremonias más tradicionales, porque hacen las dos.

Hemos hecho Elopements en muchos rincones del planeta pero últimamente se nos ocurrió ofrecerles a las parejas que nos contratan una boda normal el hacer como postboda un Elopement. La ha gustado muchísimo y para nosotros es más emocionante aún. A menudo nos comparten que ese momento íntimo queda guardado en sus almas más que su ceremonia tradicional. Estoy seguro de que pronto se impondrá esto y muchas parejas lo harán. Por cierto, es mucho más fácil de organizar de lo que se pueda pensar y os ayudamos en todo.

Hay quien lo hace en la playa, en la montaña o normalmente en un entorno natural al que peregrinar después recordando ese momento. Es sin duda una ceremonia REAL, insisto, y mucho más emocional, sentida y profunda de lo que muchos puedan a priori imaginar. Incluso aunque no haya más testigos (fotógrafo o videógrafo quizás, claro).

El hecho de estar solos uno frente al otro dice mucho de la intimidad y profundidad de este tipo de boda y no descarta que se haga otra ceremonia más concurrida o normal más adelante. Algunas parejas deciden hacerlo al darse cuenta de que su ceremonia tradicional en su boda concurrida no fue tan íntima, personal y memorable como pensaron.

Estas imágenes que compartimos aquí son varias bodas, una en una maravillosa isla en las Seychelles, Isla Denis, otra en lo alto de una montaña y la de María & Michael también a 2.750m de altura. Tanto la boda de Laura y José como la de Vita y Pablo o la de María & Michael fueron íntimas, sinceras, profundas, emotivas al máximo e inolvidables. Puede ser solo la ceremonia como la de la montaña o una boda con partes más establecidas como la de la isla.

Lo más intenso es la ceremonia cuando la pareja se lee cartas o declara su amor. Que un tercero te case está muy bien, pero cuando uno da el paso entre dos recordará para siempre ese compromiso más allá de miedos y temores. Es un instante único indescriptible, es un momento mágico e íntimo que va más allá de una boda normal.

Laura y José tomaron la decisión de casarse en las Seychelles como contrapartida a una boda tradicional. Al comienzo estarían solos, pero finalmente les acompañaron su familia más íntima. Es inevitable reflexionar que una ceremonia así quedará para siempre en la memoria de la pareja, pero tener imágenes a la altura de esas emociones lo hará eterno.

Ya conocerás nuestras tarifas por una boda «normal» pero lo que hace que sean precios mayores es obviamente la demanda. Todas las parejas quieren casarse los mismos veinte sábados al año. Si las parejas se casaran un martes o un jueves y en todos los meses del año sería todo diferente. Pero la demanda, al menos en profesionales más demandados, provoca que tengan que fijar unos precios.

Si nos piden presupuesto para un «elopement» el precio depende de la ciudad y el país, porque hay que añadir nuestro viaje (muchos «elopement» son en lugares exóticos, como el ejemplo, pero no todos). Si la boda no es uno de esos sábados tan reclamados y es una fecha de «baja temporada» el precio es muy inferior a una boda tradicional; también porque son muchas menos horas y no suele haber más que los preparativos de los novios, la ceremonia y, a veces, una cena íntima que no requiere mucho de nuestra presencia.

Os dejamos más imágenes de ambas bodas. Solo resta decir que se nos permitió ayudar y aconsejar en muchas cosas. Tenemos mucha experiencia en bodas y es fácil organizar la boda perfecta. Y no solo hablamos de la luz, la hora, el ambiente o el paisaje. Gracias a su confianza el resultado quedó para siempre.

Este era el cielo que veíamos esa noche, en la foto anterior. Con todas esas estrellas vigilando nos fuimos a dormir, con el mar susurrando y meciendo la isla. Jamás olvidaré ese momento.