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Para mí fue muy especial tomarle fotos a esta pareja de amigos. Les conocí en el anterior seminario en Barcelona. Eduard es fotógrafo, un gran fotógrafo (fue él quien me ha tomado los retratos que uso ahora en los medios sociales), sobre todo de naturaleza y retrato. Raquel se pasó también por el seminario para conocerme y rápidamente vi la conexión.

Les convencí de que vinieran como pareja para tomarles fotos a este último seminario allí y fue genial. En apenas media hora, en plena playa de Barcelona atestada de gente tomé estas fotos. Quiero hacerles más, con calma, con más paz, pero ellos rebosan justamente esa paz y esa calma. Sus almas se balancean en las tomas, se compensan, juegan. Os quiero mucho a los dos, mucho.

Muchos no saben explicar que una foto les guste, sin más les dice algo, pero no saben identificar el por qué. En los seminarios explico muchos sobre esto, sobre el lenguaje invisible. Pero muchos también sabéis que en una foto se puede ver mucho más de lo que a simple vista se ve. Lo esencial es invisible a los ojos, no se ve bien sino con el corazón.

Como siempre últimamente en mis seminarios realizo las fotografías con las cámaras de los asistentes, para que vean que no hay limitación con esas tonterías. En esta ocasión con Nikon d600, Canon 5d mark2, Canon 5d mark3 y 6d. Casualmente las que más me gustaron fueron con la d600 de Nikon, jeje, y con las Canon tuve que usar el modo de enfoque Manual completo. Espero que os gusten.

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No me puedo resistir a no poner unas poquitas fotos de la postboda de David y Dani. En breve publicaré toda la boda, pero después de esta sesión ya que el día de la boda no dio tiempo, quedé de nuevo prendado del amor profundo que ellos se profesan. Ojalá todas las parejas que caso tuvieran ese respeto mutuo, ese cariño, esa pasión, esa alegría y esa esperanza. Quiero hacer más bodas gay, por favor; quizás porque su amor es tan verdadero y tan luchador, tan fuerte que rompe muchas barreras.

Pudiera parecer tópico, pero ahora les echaré de menos. Quiero que se casen otra vez, hacer más fotos, pasar más rato con ellos. Mi hija Malena se enamoró de su perro Bruno (el que sale en la primera preboda) y en su casa quería redecorarle las cortinas, jaja. Hacía mucho tiempo que por los problemas logísticos naturales no podía entregar una boda y verla con ellos en persona. Fue emocionante, muy emocionante.

Ahora ya está completa, para mí una de mis mejores historias. Porque yo soy eso, no un fotógrafo, sino un narrador de historias. La vuestra, Dani, David, es una historia interminable, y así será, porque la Nada no puede con el amor.