[audio:http://dl.dropbox.com/u/53018818/08%20-%20Illgresi.mp3|titles=Illgresi – Segur Ros]

Yo trato en mis seminarios de dar mucha importancia al detalle de que para lograr buenas fotos de boda uno debe estar en una buena boda. Ser buen fotógrafo no significa saber captar magia donde no la hay. Puedes tener recursos, buen ojo, sensibilidad, pero donde no existe magia no puedes crearla. Por mucho que trate de compartir cómo hago las fotos de nada sirve si no comparto cómo se logra que personas maravillosas quieran confiar en ti para su boda. Personas que además se han trabajado su gran día con mucho amor y no tienen problema en expresar ese amor en público (por eso se casan, jaja, y por eso contratan un fotógrafo, jaja).

Isabel y Jorge se miraban, se sonreían, se daban la mano y hacían todo con una pausa y una calma increíble. Cada instante de sus movimientos era una fotografía. Me lo pusieron muy fácil. Contar su historia era sencillo, cada encuadre, cada perspectiva, cada momento era perfecto porque dejaron los nervios lejos, muy lejos. Solo dejaron hueco al amor, la ilusión, la pasión. El mérito de estas imágenes es vuestro, erais magia, yo solo me limité a capturarla para siempre.

Cuando Isabel y Jorge hace más de dos años me contactaron y pudimos quedar para conocernos me enamoré de ellos. Son una pareja de cuento y aunque sean muy jóvenes, como les dice todo el mundo, se aman como dos seres que llevaran milenios sobre este planeta. La primera preboda la hicimos en París, donde ahora viven y donde trabaja Jorge. Amé de nuevo París a su lado y las fotografías que hicimos son ese recuerdo, cada instante eterno.

Me dio sinceramente mucha pena que llegara el día de su boda, porque no quería que esto acabara. Es algo que me pasa mucho y es complicado de explicar. Supongo que las fotógrafas y fotógrafos que leéis esto y que trabajáis con clientes maravillosos me entenderéis a la primera. Jorge e Isabel se convirtieron en una pareja con la que no trabajaba, sino que compartía momentos y cuando llegó el momento de su boda quería estar al máximo.

Esta boda, aunque está en color, aquí la comparto casi entera en blanco y negro. No sé, la concibo así, me llama así. Espero que os guste tanto como a mí, porque amo estas imágenes, esta historia, a ellos. Gracias Isabel, gracias Jorge por vuestra amistad. Siempre tenéis un hueco en mi casa y en mi corazón. Nos veremos pronto de nuevo en París.