De corazón, lo que quiero que valoren realmente de lo que enseño en los seminarios es, entre otras cosas, que este tipo de fotos pueden hacerse en lugares que la mayoría dirían que es imposible. Con equipos baratos que muchos denigran, sin reflectores ni historias. Y sin Photoshop. Esta sesión fueron 20 minutos y todos los asistentes me vieron terminarlas en otros 20 minutos (y eso que me paraba explicando lo que hacía).

Todo es mucho más sencillo. Pero aunque hagan fotos muy lindas de nada sirve si no saben venderlas, si no saben llegar a los clientes que merecen la pena, que les darán buenas fotos, con los que disfrutarán bodas geniales y que les paguen bien sus trabajos.